La decisión

 


Con el griterío de aquella masa no había manera de discernir entre lo correcto y lo incorrecto. Un enjambre de sentimientos contradictorios lo aturdía. Era la primera vez; jamás antes había dudado ante un enfrentamiento. Pero en esta ocasión era diferente. Su reciente relación con Claudia le había mostrado la cara afable del mundo. Y eso le había hecho perder su instinto asesino en favor de pensamientos sobre la justicia como Él también es un luchador. No sé si merece acabar así. No sé, no sé, debo tomar una decisión ya.

Sus dedos se crisparon sobre la empuñadura pero al momento se volvieron a relajar. Imposible... necesito tanto un consejo... pero todos esos que miran y vociferan no pueden ayudarme, solo vienen a divertirse... qué solo se siente uno aquí abajo con los pies llenos de tierra... nadie puede ayudarme, aunque... Inesperadamente se giró hacia un rincón.

-Muchacho, dime: ¿Crees que debo acabar con él?

-Sin miramientos, señor, y si puede ser, con un saque directo -respondió sin titubear el recogepelotas.


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